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Mostrando entradas de 2014
Gira permanente Sigo, ciclista pedaleando con ritmo difuso, irregular a veces con sofocos, impetuoso a veces, hacia rumbo incierto incongruente por temporadas. Dilatado o encogido para dejar algo de mi los huesos por ejemplo en la maraña de la vida. Fortaleza o savia del espíritu para perpetuar o transmitir no sé bien qué ni por qué incesante intuición con tal de no ser el verdugo de tantos inocentes degollados tantas libertades cercenadas. Cuando mis pies ya no resistan pedalearé con manos más lento, quizás parsimonioso o con la palabra/pensamiento que vuela a pesar de las hogueras y la extenuación hasta el final de lo esperado: la última estación que en fin se tornará en la primigenia para la próxima.
MÁSCARA Sé que no es momento de hablar de mi careta máscara imposible de extirpar a estas horas. Tanto la he manipulado que se me ha quedado pegote pegamento hormigón que no puede desprenderse. No hay ya disolvente que valga. Ya es mi rostro y no me había enterado. Quiero recordar mi semblante de antaño cuando era sincero cuando la juventud te jugaba pasadas atractivas a veces seductoras y reías absorbiendo cada soplo del hechizo de vivir y compartías.  Compartías tiempo y conciencia que se ha esfumado se la ha engullido la máscara que me hice fabricar salvaguarda de mi infructuosa intimidad. Estoy sentado queriendo recordar sin nitidez la compostura de la lealtad. Pero también la poltrona se me ha incrustado injerto orgánico/inerte/nauseabundo parte de mi cuerpo amorfo contrahecho. No recuerdo quien se llevó las llaves de la sencillez candor de  tiempos originarios. Poco interesa quién cierra o abre las neveras ...
A la pagoda en bicicleta Dhatu Garba Cuando me acerqué a la sabiduría de oriente fue como una aventura, la de moda, el imán de mis amigos, artistas, intelectuales, los que querían estar sin estar. No pude obtener lo deseado, todo fue “maya”, ilusión de la dualidad. No obtuve recompensa a mis deseos. Mis deseos, los que  se encargaron de esclavizarme y empotrarme en la incertidumbre y el sufrimiento. Pero de algo me sirvió, digo yo: fue como mirarme al espejo, forma y reflejo de mi cara Tampoco aparecí detrás de  la máscara. Cortina por rasgar     Las repetidas palabras para definir lo indefinible. ¿Cuál posee la sabiduría profunda? ¿Una flor en mis manos, la flor? El silbido del aire el mismo aire. ¿Para qué, si no para encadenarnos? En fila, erguidos y esperando Sublime jardín, vergel de las delicias. Placer de los creyentes, regocijo de la imperturbabilidad.  Pero pasaron los ...
CURRICULUM Vitae. Curriculum.  Herramienta. Indispensable. Trabajo. Hambre. Juventud. ¿Por dónde empiezo? ¿Cómo hacerlo? ¿Me disfrazo? ¿Me pronuncio? ¿Me confieso? Promocionarse, venderse, arriesgarse, sincerarse, cuántos reflexivos y yo sin conseguir un dichoso trabajo. Reglas básicas: breve, conciso, directo, fuente legible, presentación espaciada, respetar los márgenes. Y a mí  ¿quién me respeta? Si solo quiero un trabajo, para sustentar a mí y a los míos; así de breve, conciso, directo, legible. Sí, dirán que es mucho pedir, pero “¡inténtalo, que tú puedes!” “Sé honesto, pero maquilla tus fracasos”. ¿Qué significa ser honesto, me pregunto? “Muestra tus destrezas y pericias”: ¿Cuáles, las amatorias, las de la pista de baile, mi fuerza arrolladora? O mejor mis fabulosas técnicas para asaltar un banco, que ganas no me faltan.  No, rescatando a la banca, que seguro lo necesitan más que yo, que continúo sin redención ni rescate. “Concentra tu atención sobre los ...
CONEJO Y CHISTERA, PERO AL REVÉS Fue en aquel cabaret de mala fama. Nadie sabe a ciencia cierta cómo ocurrió. Después del despelote de las bailarinas era el turno del mago. El mago Malafama. Agotado. Achacoso. Solitario y huidizo. Podrido en este mundo. Como siempre, empezó atando y desatando nudos. Lazos de colores, desteñidos pero de colores. Y las cartas, las barajas. Apenas una veintena de ojos vidriosos le ponían atención, o lo intentaban. Ambiente de libido, alcohol y humo. Como siempre. Como todos los días en aquel cabaret de mala fama. De  Malafama. Llegó el momento de la chistera y la mágica vara. ¿Paloma o conejo? Repito: nadie sabe a ciencia cierta cómo pasó. El toque habitual y cotidiano en la chistera y ocurrió. Pero al revés. El prestidigitador en la chistera y el conejo dentro de aquel desteñido traje de frac del mago Malafama. Alto. Erguido. Desafiante. Sosteniendo la chistera en su mano derecha. El conejo Malafama. No lo dudó ni un instante: Con risa macabra...
LA SOMBRA DE LA FELICIDAD Allí va. Mírala bien, pero de soslayo: risueña, danzando por los muros agrietados, elevándose, pregonando su libertad. Es su sombra. La ladrona. La que  ha absorbido su felicidad, dejándola en la más abrupta de la congoja y el desconsuelo. Ya ni siquiera la acompaña, ni de frente, ni de lado, ni detrás. Se ha fabricado su propia identidad. ¿Para qué depender del sol o de luz alguna? Se cree la más emancipada, la insubordinada, pero sigue siendo Sombra. Ladrona. Raptora de alientos ajenos. Es su sustento. Y ella, la de carne y hueso, ya sin alma, agarrotada en una esquina, casi invisible, esperando el desahucio final. Allí va. Mírala bien, pero ¡cuidado! No confíes… puede ser la tuya, tu sombra, la ladrona.

DE VUELTA

HOY REINICIO LA SEGUNDA ETAPA DE ESTE BLOG