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AL FINAL DEL ENSUEÑO

Cuando olvidó las cuentas y los cuentos no hubo necesidad de sombras. La silueta dejó de tener (nombre) sin vendas en los ojos imagen no disponible, no percepción o pensamiento. Andenes y carreteras se fundieron, corriente calma luz caricia y universo ausencia e infinito. Desapareció el último rastro de la túnica, quimera: herencia de los hijos de los hijos de los hijos

AL TACTO

La memoria entre los surcos dedos arrugados yemas de naranja tocan y adivinan el futuro perciben los olores de otros días, para compensar. Tan solo un leve tacto y todo el rostro queda dibujado grabado en el disco duro. No serán necesarias, pues, ni muros ni palabras acaso un silencio estremecido dedos de fibras, filamentos para envolver los alientos capaces de registrar todas las memorias en el microchip del Universo.

SENTENCIA

En el cajón está a su pesar ya no circula no imprime inutilizado su tintura de antaño bolígrafo palabras sin palabras de otros sueños. Tantas verdades por decir recluidas en la gaveta esperando la mano del prestidigitador que se apiade, la reivindique. Pero qué va, ya no hay futuro con tantas máquinas traspaso de poderes el olvido o la añoranza no hay otra. Ninguna de las dos es válida bolígrafo de ayer, pluma péndola, estilete lapicera sonidos de otro mundo otras escrituras que se escapan. Un punto final con epitafio cajón hecho ataúd por el poeta. Y el aire que se envicia dedos que se aligeran prestidigitador computerizado metal y plástico pantalla cristal líquido tubo de rayos catódicos, nueva melodía para remorder sonidos de conciertos futuristas. ¿Cuándo despertará otra vez después de desaparecer la luna?

LA PRÓXIMA

Ya no pregunta serás el próximo aún hay utilidad menos signos más incógnitas atrapadas en los ojos del águila para cuando las tortugas empiecen a copular. Mañana.

OPORTUNIDAD

En el camino, presagio, la libertad me tentará de nuevo. Le tenderé la mano, olvidando grilletes del pasado. Mi mirada, sometida la melancolía, alargará el instante, me abrazaré a su tiempo de piedad soplo de ternura. Entonces, creo, descubriré el reposo alejaré monstruos y desvelos. Y diré: no hay vuelta atrás, momento perdido. Casi sin moverme me asiré a su cintura, caminaré comprometido a su costado, olvidaré que un día fui incapaz de dejarme arrastrar por su primer aliento.

¡PUEDE SER!

Sal al mar con tu bastón empuja tu barca de papel, rema. Si alguien se extraña piensa en los que un día se atrevieron a desafiar lo rutinario con el éxito. No necesitas decir nada deja que ellos pregunten, que se rían. Cuando llegues a la otra orilla extiende tus brazos bastón en mano toca el sol alégrate. Dobla con esmero tu barcaza de papel después de que se seque para la próxima ocasión, tus hijos. Por ellos tomarás la piedra primeriza construirás con el salmo entre los labios tu refugio y la victoria reflejada en la mirada.

HASTA CUÁNDO

Agua de río atolondradamente corre a precipicio incierto para caer en el remanso, no lo sé. Hasta el viento se detiene alguna vez, indefenso. La hoja seca se precipita a la quietud, cumplida su misión. Y tú después de destilar tu última nieve ¿te detendrás un poco? ¿dejarás de aprisionar los corazones?