
Agua de río
atolondradamente corre a
precipicio incierto para
caer en el remanso,
no lo sé.
Hasta el viento se detiene
alguna vez, indefenso.
La hoja seca se precipita a la quietud,
cumplida su misión.
Y tú
después de destilar tu última nieve
¿te detendrás un poco?
¿dejarás de aprisionar los corazones?
Comentarios