
Un día, como el salmo, sembré con lágrimas, pero no coseché con regocijo. Langostas humanas devastaron mi cosecha, se hartaron. Mi terruño, moribundo, fue sembrado de minas para salvar al pueblo (eso dijeron). Ahora son casi-niños los que, metal letal en mano, siembran, inocentes, con cándida alegría; y cosechan con lágrimas y sin piernas, sin manos, corazón estrangulado. Mi tierra, lo presiento, derrama también su última lágrima, lágrima encarnada.
Comentarios
Un abrazo!
Resultan de manifestaciones impulsivas (a veces meditadas) de mis formas y colores in/sub/ y concientes.
Ahora.. la pregunta.. ¿de dónde a la protagonista del 25/12?.................................................
brazos de abrazos y saludos +
Te dejo un gran abrazo