Ir al contenido principal

ÚLTIMO SALMO, ÚLTIMA COSECHA


Un día, como el salmo, sembré con lágrimas, pero no coseché con regocijo. Langostas humanas devastaron mi cosecha, se hartaron. Mi terruño, moribundo, fue sembrado de minas para salvar al pueblo (eso dijeron). Ahora son casi-niños los que, metal letal en mano, siembran, inocentes, con cándida alegría; y cosechan con lágrimas y sin piernas, sin manos, corazón estrangulado. Mi tierra, lo presiento, derrama también su última lágrima, lágrima encarnada.

Comentarios

almena ha dicho que…
Confiemos en que todo vaya mejor. Dejar un hueco a la esperanza...

Un abrazo!
Ramiro Puebla a.k.a RRAA.- ha dicho que…
Jubal.. ante todo, muchas gracias por tu visita a mi blog. Y claro.. tu positiva opinión respecto de mis trabajos. En serio.
Resultan de manifestaciones impulsivas (a veces meditadas) de mis formas y colores in/sub/ y concientes.
Ahora.. la pregunta.. ¿de dónde a la protagonista del 25/12?.................................................
brazos de abrazos y saludos +
Solo Palabras... ha dicho que…
Jubal, increíble poesía, maravilloso texto, realmente causa placer leer textos como este.
Te dejo un gran abrazo