
Piedra o flor, en la sepultura
deshojar la una deslizar la otra,
no habrá mucha diferencia,
nada podrá deshacer la circunstancia.
No son muchos los lugares para
lamentarse a gusto
(con o sin meriendas de consuelo
oraciones fúnebres, plegarias).
Qué más habrá por recorrer después
del polvo la tierra la ceniza.
Una profunda oquedad se posesiona
para el vivo quejumbroso,
sin comprender que habrá
más lugares sin lugares
espacios más recónditos, caminos
sin lastres para soportar
las sepulturas.
El cautivo dejará de serlo,
la señal sobre su frente se desvanecerá,
aprenderá a mirar a sus adentros
hacia el vacío que le cederá su abrigo,
y a desaparecer
hasta que el verbo le devuelva las ansias
deshojar la una deslizar la otra,
no habrá mucha diferencia,
nada podrá deshacer la circunstancia.
No son muchos los lugares para
lamentarse a gusto
(con o sin meriendas de consuelo
oraciones fúnebres, plegarias).
Qué más habrá por recorrer después
del polvo la tierra la ceniza.
Una profunda oquedad se posesiona
para el vivo quejumbroso,
sin comprender que habrá
más lugares sin lugares
espacios más recónditos, caminos
sin lastres para soportar
las sepulturas.
El cautivo dejará de serlo,
la señal sobre su frente se desvanecerá,
aprenderá a mirar a sus adentros
hacia el vacío que le cederá su abrigo,
y a desaparecer
hasta que el verbo le devuelva las ansias
de rugir.
Comentarios
"..hasta que el verbo le devuelva las ganas de rugir"
es eco, pero también saboreo, que hay tras el umbral de ese tiempo?
tal es el poder del verbo?
a veces creo que si.
un beso jubal
precioso poema
Saludos y un abrazo=^.^=
PD:Arigato por pasar por mi blog, nos leemos^^
Tras el que creemos el último umbral.
Magnífico tu poema, jubal.
Un abrazo
Un saludo. Estoy encantada de haber encontrado tu blog... es un placer leerlo y mirar sus imágenes.