
Trompetas o lamentos
¿tiempos de amor o desconsuelo?
no me desmorono tan fácilmente.
A veces ofrenda, a veces
voces de batalla estruendo bélico
pero aquí estoy, erguido
piedra sobre piedra para
cualquier ocasión
antiguo o renovado
protección del Santuario
víctima de las pasiones
de guerras sanguinarias
herencia para un mundo trastornado.
La historia no termina conmigo
o empieza
piedra sobre piedra.
No soy muralla de Jericó
desmembrada al sonido de los cuernos
ni gran muralla china
imponente larga fortaleza.
Aquí, pequeña entre montañas
casi en el desierto
me yergo empecinado
piedra sobre piedra
colina de Moriá
oliendo las especias orientales
que me embriagan
cuando miles de manos
mantos, filacterias
me acarician
hurgan entre mis resquicios
para depositar sus esperanzas
ruegos que no quieren apagarse.
Prefiero estos rumores
de días sosegados
cánticos de amor y de consuelo,
a los clamores de guerra
estruendo repulsivo
que la historia no se hastía de inventar.
Hoy los ojos me miran de otra manera
por delante
de oeste a este
fiestas y recuerdos a la par
cuernos emblemáticos que resuenan
alegría o llanto
en el momento justo.
En el reverso, la discordia
querellas insensatas
se encargaron de arrebatar
la Santidad
a golpe de estulticias
hedor a sangre y muerte.
Y creedme, no me falta
piedra sobre piedra
corazón, espíritu,
me entrego a quien me ama
por mí mismo,
en la memoria sin reservas.
La esperanza aún no la he perdido
no se ha apagado aún la última llama:
siete luces invisibles esperan el instante
que no alce pueblo contra pueblo
su espada
para volver a iluminar sin privaciones
la Ciudad de la Paz.
¿tiempos de amor o desconsuelo?
no me desmorono tan fácilmente.
A veces ofrenda, a veces
voces de batalla estruendo bélico
pero aquí estoy, erguido
piedra sobre piedra para
cualquier ocasión
antiguo o renovado
protección del Santuario
víctima de las pasiones
de guerras sanguinarias
herencia para un mundo trastornado.
La historia no termina conmigo
o empieza
piedra sobre piedra.
No soy muralla de Jericó
desmembrada al sonido de los cuernos
ni gran muralla china
imponente larga fortaleza.
Aquí, pequeña entre montañas
casi en el desierto
me yergo empecinado
piedra sobre piedra
colina de Moriá
oliendo las especias orientales
que me embriagan
cuando miles de manos
mantos, filacterias
me acarician
hurgan entre mis resquicios
para depositar sus esperanzas
ruegos que no quieren apagarse.
Prefiero estos rumores
de días sosegados
cánticos de amor y de consuelo,
a los clamores de guerra
estruendo repulsivo
que la historia no se hastía de inventar.
Hoy los ojos me miran de otra manera
por delante
de oeste a este
fiestas y recuerdos a la par
cuernos emblemáticos que resuenan
alegría o llanto
en el momento justo.
En el reverso, la discordia
querellas insensatas
se encargaron de arrebatar
la Santidad
a golpe de estulticias
hedor a sangre y muerte.
Y creedme, no me falta
piedra sobre piedra
corazón, espíritu,
me entrego a quien me ama
por mí mismo,
en la memoria sin reservas.
La esperanza aún no la he perdido
no se ha apagado aún la última llama:
siete luces invisibles esperan el instante
que no alce pueblo contra pueblo
su espada
para volver a iluminar sin privaciones
la Ciudad de la Paz.
Comentarios
llegá fuerte!
abrazo!
Un beso!
Un beso
Hermoso escrito expuesto a la entrada de este muro...me recordó una canción llamada la muralla: "para hacer esta mauralla, traiganme todas las manos"..
Gracias por tus palabras
un abrazo
Un abrazo!
Saludos y un abrazo=^.^=
Me gusta el blog, está muy bueno.
Un fuertew abrazo