
I
Tardío otoño descubierto
con arrugas que se pliegan
a los días de escarmiento,
fruto que madura a su tiempo
en terreno predispuesto.
Noche de borrasca,
estrellas o relámpagos la sustentan
desde un firmamento fascinante,
misteriosamente indescifrable.
Como la vida misma,
destila y se condensa
destila y se condensa
para proclamar el desenlace
en su momento justo,
después de la última plegaria y
el primer salmo de esperanza.
II
Me maduran las ideas, como
frutos dulces de semillas sorprendentes.
Hasta en rocas me atreveré a injertarlas,
alguna ascenderá, fructificará
en algún espíritu pacífico que hará con ella
lo que quiera. No sé si las degustaré algún día,
si llegaré a paladear su dulzura
o algún amargor de desconsuelo.
Pero allí las lanzo, hoy entre colinas
mañana en lodazales, jardines
mares o pantanos.
Tú te encargarás de conservarla o rechazarla
en su momento,
como fruta podrida o exquisita.
Para entonces mis ideas ya no serán mías.
Comentarios
Un beso
abrazo!