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CENA DE HIEL


La cena está servida
treinta cucharas para devorarla.
Treinta comensales perpetuos
que no saben de la brisa
sí del hambre, acaso
de la fiebre y el fracaso
acaso.

La cena está servida. Ya no saben
qué es llorar, que también
cuesta. Lo que no se puede suplir
que se mitigue con los sueños
cucharada a cucharada (de plástico de
tira y pon)
anhelos sin muchas perspectivas
con cada engullida
dulce-amarga
como la vida misma.

Cena de hiel que
un corazón caritativo ha ofrecido
para hoy, pan,
¿qué para mañana? 

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