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Y OTRA VEZ EMPEZAR


¿Cuál es el primer sonido,
la primera voz vibrante
para dejar de ser sedimento y erguirse
de una vez por todas en carne, hueso,
raciocinio?
Al final, compartir con el aire y el mar
y esa luna que vigila desde
todos los ángulos
las primeras frases, el primer sentido
entre los labios, puñado de signos,
iconos para la posteridad.
¿Hará falta también espíritu y conciencia
para acometer al tiempo y al espacio
hasta erguirse vencedores de la historia?
De la nada no se puede ofrendar la vida,
ni es cuestión de luchas entre grillo
y lagartija, entre estegosaurio y mastodonte,
eso se inventará después, cuando
todos querrán manipular los resultados,
escalar escaños y poderes.
Para entonces, ya fuera del Camino
no serán ni hombres ni mujeres:
distantes estarán de comprender
que la primera voz, el primer
gesto vibratorio entre los labios
fue la sonrisa.

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